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Como seguidor que soy -no fanático incondicional, sino fiel seguidor- de la chirigota del Selu, observo con algo de pena como cada año incurre una y otra vez en el mismo error: no saber competir. Su obstinada actitud de empecinarse en el error sólo puede terminar en frustración que acabará pagando el grupo antes o después.

Me encanta su forma de hacer chirigotas, sus estereotipos, su humor, esa manera que sólo él tiene de sacar punta a detalles que al resto de los mortales nos pasarían desapercibidos. Nadie como él para hacer una caricatura de lo cotidiano y que nos olvidemos que estamos ante chirigoteros y en su lugar veamos lacios, titis, marujas, calzonazos, enteraos... y ayer, limpiadoras. En ellos el tipo no es una mera excusa para un nombre ocurrente, o para una presentación y poco más... En ellos el tipo es la base que da sentido a todo el repertorio.

Ayer nos trajeron un tipo extraordinario. Quizá el mejor tipo de cuantos haya traído, o al menos uno de los mejores. Ese tipo que provoca la admiración unánime del público cuando se abre el telón, pero cuyo efecto, lógicamente, se va atenuando a medida que transcurre la actuación si al público no se le alimenta de letras que estén a su altura.

Ayer la presentación, sin ser de las mejores que ha escrito, consiguió gracias a ese "efecto tipo" las risas y el reconocimiento de todo el teatro; después, los pasodobles, que desde que acertara el año de los "Los enteraos" a realizar esas rutinas habladas ligadas al tipo, los viene haciendo con una maestría incomparable y convierte cada año sus pasodobles en poco menos que antológicos. Pero a partir de ahí...

Cuando decía que no sabe competir (o si sabe, parece no querer, que para el caso es lo mismo), me refería a esto. Las chirigotas con las normas actuales están muy determinadas por la puntuación de cuplés. No puedes renunciar a ellos o relegarlos a un segundo lugar. Ayer comentaba el Selu en una entrevista en referencia a la importancia que ellos dan al tipo: "Cada uno lucha con sus armas, y esta es la nuestra". No, Selu, el tipo es el "arma" más inofensiva en el concurso... es como si los demás luchan con fusiles de asalto y tú con tirachinas. Y con ello no quiero decir que se deje de prestar atención a lo que ya se le presta, y que nos encanta por ello, sino que se debe poner más atención en los cuplés. Intentar luchar en igualdad de condiciones y no empecinarse en una estrategia errónea. Que el reglamento debería ser cambiado, yo creo que sí, pero mientras no se cambie, adáptate, amóldate a él que para eso compites. Ayer ambos cuplés fueron regulares, y el segundo peor que el primero. No se puede pinchar, Selu, que compitiendo tienes verdaderos "Almirantes" que dirigen la estrategia con una capacidad de trabajo y de adaptación extraordinarios; competidores que sacan la calculadora y si creen que los puntos podrían no ser suficientes, meten un cuplé o dos a última hora o te cambian cuatro cuartetas del popurrit de un día para otro. Y esa capacidad de trabajo de los contrarios además de darles beneficios, la admiro. El popurrit de ayer, aunque bueno, no terminó de remontar los ánimos que habían quedado tocados con los cuples (que por cierto, llevaban un estribillo excelente), y todo esto deja el regusto de que un tipo de esa categoría, merecía sobre todo unos cuplés a su nivel para que la chirigota pasara esa línea que separa las grandes chirigotas de los pelotazos. Queda la sensación de una gran ocasión perdida.

A pesar de todo, te diré una cosa: un "ni mijita" tuyo compensa todo el repertorio de cualquiera de tus competidores. Claro que eso lo pienso yo, pero el reglamento del COAC, lamentablemente, no piensa lo mismo.

Esto es todo lo que puedo acercarme a una declaración de amor por tu manera de hacer chirigotas, pero sin perder por ello la perspectiva, ni mentirme a mí mismo ni a los demás.

¡Viva la Pepi!

Pd.

Hoy estoy lindo de la cabeza. A ver cuánto me dura...